martes, 12 de abril de 2016

GLORIA


La cosa principió porque tenía pensado realizar una obra tan descomunal, tan pero que tan maravillosa y trascendente, que apenas si encontraba el momento y las fuerzas para comenzar la tarea. A este problema llamémosle de oportunidad hay que añadirle otro derivado del carácter, y es que el señor del que quiero hablarles hoy tenía un modo de ser en extremo silencioso y apocado, lo que le hacía huir como de la lepra de cualquier atisbo de gloria que asomara en su perímetro, por muy lejana en el tiempo que la tal gloria previera hacerse carne.

No hay comentarios:

Publicar un comentario