martes, 10 de mayo de 2016

ANOMALÍA


Su anomalía resultaba imperceptible, o casi imperceptible, y poco o nada tenía que ver con ese miedo metafísico que se apoderaba de él y que semejaba una suerte de irreprimible concupiscencia carnal. Nunca terminó de estar completamente seguro de su voz, y mucho menos de su existencia plena, pero eso era muy común entre el colectivo de marionetas.

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