jueves, 12 de mayo de 2016

TECTÓNICA DE PLACAS


Por fin creía haber descubierto una teoría que explicaba las dinámicas profundas que tenía lugar en la barra de aquel garito. En esencia, lo que pudo observar durante las largas noches de estudio en las que se desarrolló el trabajo de campo fue lo siguiente: resulta que, más o menos a la misma velocidad con la que crecen las uñas de las manos, unas pieles procedentes de origen continental y repletas de desesperación friccionaban con otras de origen oceánico que adoptaban forma de melancolía líquida. Pues bien, era el choque de unas capas con otras lo que explicaba las caras, los fallos, las fallas y hasta los terremotos que podían intuirse en las almas de todos los parroquianos que tenían la dicha –algunos- o la desdicha –los más- de asistir a aquel acontecimiento geológico.

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