miércoles, 11 de mayo de 2016

DEMONIO


Demonio infatigable, filósofo falto de sueño, héroe imposible y hasta dios durante un rato, todo eso y más tuvo que ser sin que el ejercicio de esos oficios hiciera mella en su inconsciencia radical. Inmortal por vocación, murió –para que vean lo que son las cosas- fruto de un olvido imperdonable al que le condujo su locura. Y es que ignorar la muerte está bien, puede decirse incluso que es condición necesaria, pero en ningún caso resulta suficiente como garantía de eternidad.

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