martes, 13 de septiembre de 2011

FARISEOS

Saco de despropósitos y costal de maldades los días de entre diario, los domingos se conformaba, al igual que los fariseos, con aparecer como bueno ante sí mismo. ¡Qué otra cosa podía hacer! Lenguas de rosarios y legiones de avemarías le servían de instrumento para acuchillar uno tras otro los deseos que de forma desordenada llegaban a él. Con todo, el más crudo de los adjetivos no podría dar cuenta de su profundo desazón.

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