miércoles, 21 de septiembre de 2011

RESUCITÓ EN BAHÍA

Buen enemigo y flagelador de sí mismo, no encontró mejor medio de seguir vivo que llegar a ser tenido por muerto. Ahora o nunca: desaparecer, cambiar de identidad, y hacer que nunca nadie sepa más de ti, hasta la milésima generación. Tal y como lo dejó escrito, sonaba hasta bonito: antes de que surjan las úlceras y los tumores, beberá cicuta en una noche de sombras bañadas por la luna. Resucitó en Bahía.

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