domingo, 11 de enero de 2015

LA AMABA CON DESESPEERACIÓN ANIMAL


Al principio los síntomas avanzaban en manada y se apelotonaban amontonándose unos encima de los otros. Pero él no se amilanó. Con deliberada lentitud, para que no hubiera errores, fue ordenando categorías y causas, atacando cabos, descubriendo conexiones, hasta que después de un trabajo minucioso y de un tiempo que le pareció eterno, pudo vislumbrar a lo lejos una especie de conclusión que, situada en el proscenio de sus entendederas, vino a confirmar el peor de los diagnósticos: la amaba con desesperación animal.

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