martes, 11 de agosto de 2015

LA MATRIZ DE LA TEMPESTAD


Las jactanciosas alas de la locura le hacían olvidar que los caminos del susurro no son sino bandadas de pájaros extraviados en los caprichosos designios de la luz. Y así ocurría que sus verdades, esos pedestales de hielo cicatrizado y oscuro que con tanto esfuerzo tallaba, caían bajo sus pies convertidos en fina lluvia de escoria, y en cascotes de escombros huérfanos de paz. Justo castigo para aquel que no tiene más linaje que el polvo, y deja habitar en él la matriz de la tempestad.

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