Todo terminó, y entonces llegó el infierno.
Siempre pensó que el asunto sería muy distinto, complejo quizás, pero no, en
realidad todo resultó, hasta donde alcanza a saber, bastante sencillo: se
terminó lo que se daba, y se hizo el infierno. No recuerda juicio ninguno, ni
entrevista, nada. Sólo fuego, mucho fuego en su interior, y gemidos, y
abstinencias que quemaban más que el propio fuego,…y leves jirones de memoria
en la que se veía a sí mismo sucumbiendo devorado una y otra vez por ese mismo
fuego.
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