sábado, 8 de agosto de 2015

NECESIDAD


Sin llegar a padecer el llamado mal del artista, obedecía sin embargo a un designio, a una llamada trascendente que determinaba por completo su comportamiento. Lo que fuere producía en él un hambre que desbordaba su voluntad, y así las cosas no es de extrañar que se concibiera a sí mismo como miembro de una comunidad mística donde lo esencial le era dado y no había posibilidad alguna de aprendizaje. Escribía –como amaba- por necesidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario