lunes, 29 de marzo de 2010

AÚN RESPIRO

A hervir el pasmo que padezco hasta que nazca en él el orujo de la podredumbre fermentada. A eso puedo aspirar. A que en lo más hondo de mí rareza crezca el insomnio de la desmesura. A rumiar la forma de su lengua de barro. A eso también aspiro. Y a que su sombría cabellera de sombra mansa conforme el odre que de descanso al cojitranco estremecido, y a que este hueco frenesí al que me obliga la distancia termine por dejarme convertido en un mejunje de luz de luna. A todo ello aspiro, y es por todo ello que aún respiro.

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