sábado, 20 de marzo de 2010

SON MUYCUCOS

Dice el poeta que antes de morir preferiría no morirse. Y dice bien. Lo que no dice, ni bien ni mal, es que está más muerto que vivo mientras dice lo que dice, y tampoco dice nada de todo el tiempo que lleva muerto. De todo eso no habla porque entonces tendría que decir que lleva muerto desde siempre, que desde ese mismo siempre vive muerto y bien muerto en un cómodo nicho de su ciudad-pudridero, que sus palabras están llenas de telarañas y gusanos, y que de hecho fue él junto con un amigo calvo quien inventó la muerte. Nunca he entendido la afición de los poetas muertos por pasar desapercibidos. Lo cierto es que son muy cucos y no son pocas las veces lo logran.

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