Todo ella resultó ser una casualidad, de modo y manera que las otras
casualidades, las normales, se quedaron asombradas al comprobar lo
bella que podía llegar a ser una casualidad de falda corta y
naturaleza corpórea. De rostro etéreo y algo casquivana, como todas
casualidades conocidas, tenía un mirar entre dulce e insolente capaz
de enamorar hasta el tuétano mismo de la sinrazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario