sábado, 30 de enero de 2016

A NUESTRO FAVOR


Maduramos, nos vamos librando de unas tonterías al tiempo que ingerimos otras, crecemos en edad –no siempre en juicio-, en algún momento alguna célula de nuestro cerebro recibirá un exceso de estímulos, o no recibirá ninguno, y el día menos pensado dejaremos de ser. Lo de la saliva seca y la sensación de desamparo, como lo de intentar conjurar esa misma sequedad y ese mismo desamparo con un vaso de agua en la mesilla de noche, puede ocurrir o no. En todo caso, el hecho de que podamos imaginarnos un muerto más entre los muertos, habla mucho a nuestro favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario