Ante sus ojos desmemoriados iba tomando forma una especie de
figura hecha de algún material aéreo, barro de nube tal vez, tan rígida y
helada como podría estarlo el cadáver de un esquimal. En el interior de su
cuerpo, sin embargo, la temperatura se mantenía agradable. La verdad es que
siempre fue mejor de lo que aparentaba, y esta no iba a ser una excepción.
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