jueves, 28 de enero de 2016

SEGUNDO PRINCIPIO DE LA TERMODINÁMICA


Amanece hoy, con las urgencias de siempre, mientras las nubes de trigo y lombarda nos auguran la humedad de un tiempo cargado de metal. Pero nada de eso dice de ti, ni de tu carne ávida de locura, ni de la traición de unos leucocitos que huyen desprotegiéndonos del mundo. De ti sale el resplandor que ciega los mochuelos, y la mata de pelo ensortijado que, en perfecto desorden y en honor al segundo principio de la termodinámica, nos habla de todo lo que de irreversible y entrópico hay en el amor.

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