jueves, 14 de enero de 2016

CABRAS

En cada región deshabitada de su corazón abrieron las cabras sus senderos. Guiadas por el instinto, empujadas por la necesidad, buscaban en medio de aquel secarral el despilfarro sobrante de los menos que transmuta en festín cuando se coloca en la boca de los más, la sustancia fugitiva que mueve al hombre en su deriva, el sabor de la primera palabra y, si está de dios y hay suerte, el gozoso misterio del alma que, amando y sabiéndose amada, respira henchida y feliz.


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