jueves, 11 de febrero de 2010

DEUDAS

Desconozco las deudas que pudiera haber contraído el día con la noche, cada trágico día con su noche sublime, cada mañana perdida con esa retahíla de tardes abocetadas y anodinas donde toma refugio la única realidad que nos ha sido dado conocer. Rota la raíz del estrabismo reductor, la materia reflexionada queda a su libre albedrío. Es entonces cuando la máscara exacta del objeto encontrado nos pide a gritos un solo amo. Desconozco las deudas que pudiera haber contraído la máscara con su amo, cada única e irrepetible máscara con el único amo que le ha sido dado conocer. Mientras tanto, las ideas luz que enredan los alfabetos hacen su agosto de pastiches e imperfecciones. Intenté usar otras palabras pero solo me salieron éstas. Prueba inequívoca, me dije para mí, de que no todo puede ser desvelado.

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