Desconozco las deudas que pudiera haber contraído el día con la noche, cada trágico día con su noche sublime, cada mañana perdida con esa retahíla de tardes abocetadas y anodinas donde toma refugio la única realidad que nos ha sido dado conocer. Rota la raíz del estrabismo reductor, la materia reflexionada queda a su libre albedrío. Es entonces cuando la máscara exacta del objeto encontrado nos pide a gritos un solo amo. Desconozco las deudas que pudiera haber contraído la máscara con su amo, cada única e irrepetible máscara con el único amo que le ha sido dado conocer. Mientras tanto, las ideas luz que enredan los alfabetos hacen su agosto de pastiches e imperfecciones. Intenté usar otras palabras pero solo me salieron éstas. Prueba inequívoca, me dije para mí, de que no todo puede ser desvelado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario