lunes, 8 de febrero de 2010

TIEMPO ESCURRIDO

El escurrir del tiempo por la piel hace crujir el miedo revitalizando así el escozor de las heces. Huele mal y suena raro, pero es así. El sonido de la palabra ahueca la realidad hasta conseguir hacerse un hueco en ella y desembocar en una especie de calma que se dice a sí misma y que mira hacía adelante. Y mira tu por donde, son los hilos de los ojos los que recorren sus manos y los que le llevan a pensar en la memoria del hilo, la aguja y el dedal, y en la memoria del dedo herido refugiado en el dedal. Un dedal que vuelve a tras y que avanza para volver a empezar. Al final, algo queda dentro, o eso al menos pensó cuando cerró la trampilla de los sentimientos. Y algo quedó. Y ese algo debió de sobrevivir a la asfixia porque…en fin, para abreviar baste con decir que se acurrucó en el rincón de la cocina y murió. Pero algo quedó dentro.

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