domingo, 25 de marzo de 2012

LA FIEBRE

Siete veces la fiebre secó su celebro, siete, y de cada una de ellas tomó las correspondientes lecciones de locura y desmemoria. Es por ello que a nadie extrañaba esa forma lamentable e incierta de mirar, que parecía preñada de desagradables consecuencias, y esos batallones de desdichas que regañaban unas con otras para ver quién de ellas ensancharía hoy su dolor. Hacía ya tiempo que el último anhelo quedó atrás, reducido a cenizas.

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