Pasó el tiempo, o fue él quien pasó, o pasaron las ganas de comerse el mundo, o pasó la rosa del mundo tras el tiempo y él tras el deseo de la rosa,…no sé. El caso es que algo o alguien pasó, y lo que pasó pasó justo cuando esa monstruosa masa de negritud acuosa abrió sus compuertas y le miró. Y fue entonces, en aquel pasar, cuando vio la última posibilidad de inocencia poner rumbo al limbo.
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