lunes, 5 de noviembre de 2012

EL CUERVO SE COMIÓ LA NOCHE

En escorzos imposibles, desproporcionados,… gente anónima yacía en la calle en forma de cadáveres mal conservados. Incapaz de seguir el hilo de un pensamiento concreto, se paró frente a un niño vestido de domingo y, con un hábil movimiento fetal, entró en su interior. Jugaba al escondite, y aquel día, el día en que el cuervo se comió la noche y la mañana con su día nunca llegó, se escondió muy bien.

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