Escrito está que vendrá una noche que crecerá y crecerá hasta hacerse eterna. Ni cuenta nos daremos. La densidad de soledades per cápita será tal que convertirá los cuerpos en pura mojama y los instantes frenarán su alocada huida hacia ningún sitio permaneciendo flotando, junto con las preguntas y los anhelos, eternamente suspendidos en una espiral de nadas. Un silencio con sabor a humo nos dejará atrapados en el rellano de alguna escalera y cada cual vivirá como pueda su último escalofrío. Eso también estaba escrito.
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