domingo, 31 de mayo de 2015

DURANTE MÁS DE TRES DÍAS


Me estuvo abrazando durante más de tres días, y negándome otros tres. Me susurraba al oído cosas incomprensible y pareciera como si su voz me estuviese llegando a través de una especie de una extraña branquia auditiva que se hubiera creado en mi cerebro. Dilatado el espacio, en medio de la oscuridad, los dos nos convertimos en un ente, un solo ente, en cuyo corazón se instaló un tiempo poblado de sonrisas.

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