Proveniente de una puta rusa que
tenía al lado o, para ser más exactos, proveniente del rostro embadurnado con
afeites bizantinos de una puta rusa que se sentó a su lado, recibió una
explosión cromática desprovista de significado que inundó su iris. Luego fijó
su atención en los cinco girasoles que rebosaban el florero del salón. Se
recreó en su luz. En su intacta moralidad. Por último cerró los ojos y dejó que
el tiempo hiciera su trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario