sábado, 16 de mayo de 2015

INSISTENTE APETITO


La desordenada acumulación de pequeñas tristezas muertas, unido al insistente apetito por lo innombrable, venía generando en su alma una suerte de costra profunda y misteriosa. Así las cosas, la folladera del día había que entenderla como uno de esos actos de piedad que, debido a la urgencia y necesidad del caso, resultan incomprensibles tanto para quien lo realiza como para quien lo recibe.

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