Tres cosas estoy en condiciones de afirmar a propósito de eso. La
primera es que eso –fuere lo que fuere eso- no era humano. La segunda es que
eso –que bien pudiera ser el exabrupto de un tornillo- era un sonido, un sonido
entre gutural y metálico, ya que fue captado a través de las células auditivas.
Sin embargo, eso salió de una boca, y en eso consiste la tercera certeza: eso
salió concretamente de la boca de esa mujer que tengo frente a mi. Presenciar
eso me ha hecho pensar. A veces uno guarda cosas...cosas que tienden a
hincharse…cosas que finalmente sueltas de mala forma, hasta quedar convertidas
en…eso.
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