miércoles, 27 de mayo de 2015

UN DÍA DE MIERDA


Se sentía cansado. También se sentía vacío y como triturado por el ir y venir del absurdo y la perplejidad. Para colmo de males, amaneció rodeado por una atmósfera general de necesaria tristeza que respiraba con la naturalidad propia de los de su especie, a un ritmo aproximado de trece veces por minuto. En resumen, un día de mierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario