Refugió su duda tras un suspiro larguísimo que fue soltando lentamente. Cuando el aire terminó de salir y ya no tenía dónde agarrarse, intentó describir su incertidumbre recurriendo a una secuencia de metáforas que resultaron incomprensible incluso para él: olía a moho…mis pasos no sonaban como siempre…todo estaba negro a mi alrededor. Dicho lo cual, volvió a suspirar.
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