jueves, 18 de junio de 2015

NUREYEV


…Caen del cielo soliloquios de miedos y excrementos que se amontonan por los suelos de modo que, al final, hasta el más tonto se escurre propiciando un feo moratón en la nalga derecha de Nureyev… Liberados los demonios de las azoteas neuronales, llueven lágrimas de ceniza tartamuda…y así una detrás de otra hasta que, aturdido, pierde la noción de las plagas que padece. Pero tampoco eso le salva: la inconsciencia contable no impide en modo alguno que los trozos de fiebre se acumulen en sus ojos. Y llora. Digamos en su favor que nunca, nunca, dejó de amamantar el sueño.

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