domingo, 28 de junio de 2015

REVENTAR


Aunque su risa parecía como proveniente de otro mundo, y de su comportamiento no cabía deducir en absoluto tamaña conclusión, hay que decir que sí: aquella estructura de carne humana encubría un espíritu. Lo supimos por sus ojos. Gracias a esos dos simples orificios entendimos que reventar, simplemente reventar, es poca cosa.

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