Más o menos dichosas, caminan las almas entre confusas y alegres hacia donde no se podrán levantar hasta la llegada del fin del mundo. Y eso que la mía, aún a pesar de lo señalado del momento, no sé si tendrá fuerzas para hacerlo, me refiero a lo de levantarse. El cansancio y añoranza acumulada ahuyentarán de mí las ganas de disfrutar el espectáculo.
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