miércoles, 24 de agosto de 2011

EL ESPÍRITU DEL FRIGORÍFICO

Arrebujado junto a los cubitos, el espíritu que mora en el congelador del frigorífico pudo reconocer en el tipo que abrió la puerta restos de lágrimas que se precipitaban por su mejilla izquierda. A su vez, el tipo en cuestión se sentía puro, como la nieve nunca tocada por el sol, y extraño, como un perro sin amo, y algo tonto, como el justo que tropezó siete veces en la misma piedra, pero nada vio en el espíritu del frigorífico.

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