Cuenta la historia que un hombre, de aspecto bonachón y rostro carirredondo, caminaba embebido en su simplicidad por el parque de la Fuente del Berro, limitándose a observar, sin añadir ni quitar cosa alguna, aquello que sucedía en derredor. Y en esto estaba, tranquilo y rebién consigo mismo, cuando fue asaltado por un segundo personaje, utilizando para ello el puñal de la pregunta. ¿No tienes alma?, le espetó.
Hola primo.....qué recuerdos me trae el parque de la Fuente del Berro.............te acabo de ver en la foto y me he puesto a llorar....besos de tu prima
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