viernes, 11 de noviembre de 2011

AQUELLA NOCHE

Aquella noche, la noche de autos, la lluvia cubría la luna y los autos pasaban delante de su ventana uno detrás de otro con desgana, como con las fuerzas justas. Aquella noche puso sobre la mesa todas las maderas, arrestos y agallas que fue capaz de reunir. Expresa y precisa, cierta y previsible, su mano abrió el cajón, y con el cuchillo en la mano le dijo eso de “Prepárate a encontrarte con tu dios”. Aquella noche, precisamente aquella noche, su dios no vino.

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