Sobre su vientre todopoderoso descansaba el bebé. La calidez de la tarde reclamaba sosiego mientras su mente insegura y extraviada daba a luz imágenes de sombras que se entretejían con recuerdos y añoranzas llegadas de muy lejos. Miraba sin ver a los ojos del muchacho, asociándolo no se sabe cómo al pan nuestro de cada día, a una tierra indefinida, y a un ya veremos. Respiraba con él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario