martes, 18 de junio de 2013

DEMASIADO TARDE


Sudores de acuarela, lejía y café, sueños desbordados…nada del otro mundo. En realidad no hacía más que arrastrar las palabras y los colores experimentando con los múltiples envejecimientos que anidaban en su interior. La trascendencia estaba lejos y el frescor que provenía de la cripta no dejaba lugar a dudas: de llegar, el tan ansiado instante de la redención llegaría demasiado tarde.

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