miércoles, 5 de junio de 2013

UN MAR DE DUDAS


En los trámites previos al llanto, las penas se revolvían en medio de un mar de dudas: salir o no salir, convertir los sentimientos en agua con sal y hacer que exploten, o dejarlos donde están, bien recogiditos en el tranquilizador marco de lo controlable. No era para tanto pero, finalmente, las leyes propias del azar tomaron la iniciativa y el llanto vio la luz en medio de un coro de gemidos plañideros que para sí quisieran muchos difuntos.

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