Suaves
y rizadas curvas de las que surgían bandadas de cuernos dorados, cuadraturas de
círculos concéntricos, caracolas triangulares…la confusa geometría de su
pesadilla, que en realidad no contenía sino pesadas expresiones de su propia
locura, tenía lugar en un mar de tiempos muertos. A todo esto, su alma se
vaciaba por momentos sobre el sofá mientras en su corazón retumbaban ecos de un
fragor denso y continuado.
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