martes, 29 de octubre de 2013

UN MOTIVO


Buscaba en su mente un motivo que le empujara a continuar viviendo hasta mañana. Bastaría un sentimiento, una razón, un recuerdo, cualquier cosa por nimia que fuera con tal de que pudiera adoptar el ropaje de la esperanza. Las viejas tablas del suelo chirriaban al paso de sus viejas zapatillas, pero este diálogo con la madera le resultaba demasiado previsible. Salió al jardín y se tumbó en el rincón donde crecían los canónigos, escuchó su respiración, y continuó esperando un motivo.

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