martes, 18 de marzo de 2014

EL FANTASMA


Desprovisto pompa y lirismo, hizo su aparición en la estancia el fantasma de lo que fue su última felicidad. No sin cierto repelús, contempló durante un buen rato aquel espectro con rostro de mujer hasta que notó algo extraño, se acercó a él, y vio que lloraba. El espectáculo de aquel espíritu llorando de piedad por un hombre resultaba conmovedor. Aun así, no bajó la guardia: las lágrimas son peligrosas, pensó, casi tanto como los recuerdos.

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