viernes, 14 de marzo de 2014

PUNTO DE LUZ


Tenía una visión bastante clara del desorden y del deterioro en el que se había convertido su vida. Esa consciencia le generaba una suerte de tristeza permanente de baja intensidad. Se sentía como un perro perdido en la negrura de las calles y del mundo, un perro que, a la deriva de un tormentoso banco de nubes, nunca encontró, si es que existía, el punto de luz que únicamente a él estaba destinado.

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