Nadie sabía qué se ocultaba en su cabeza hasta que ya era
demasiado tarde. Imaginaba cosas que no debía imaginar, pensaba cosas que no
debía pensar, y todo se mantenía en relativa calma hasta que, finalmente, hacía
cosas que no debía hacer. Era entonces, justo en ese momento, cuando se
enteraban de lo que pasaba por su cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario