Hete
aquí, o resulta que, o mejor, mira tu por donde que, precisamente cuando la
profundidad de su pánico impedía cualquier atisbo de esperanza, va y la conoce.
Y fue de su mano, poco a poco, sin aspavientos ni farmacología, como la luz del
mundo se hizo de nuevo en sus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario