sábado, 2 de agosto de 2014

MATEMÁTICA TIERNA


Orgulloso aun a pesar de su esclavitud por el ron, las mujeres y la música, su cuerpo rezumaba un suave a olor a matemática tierna ligeramente marchita. No era un truco. Ese aroma tan peculiar, único al decir de muchos, le otorgaba un cierto atractivo que se veía acrecentado por el hecho de entenderse mejor con los objetos que con las personas, y dentro de éstas últimas, mejor con las personas tristes que con las alegres.

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