sábado, 7 de febrero de 2015

DESFONDE


Tanto sol se desmigó sobre su cabeza, que terminó la tarde con los ojos irritados y la corteza cerebral como cocida en su propia salsa. Sentía sobre sus ojos el peso de la tierra sin techo y un frío injustificable en la planta de los pies. Aquella tarde, sin pretensión alguna de que sirviera de precedente, se colgó del árbol que dormitaba junto al tobogán del parque. Fue como un golpe de vacío. De pronto notó a su alrededor un desfonde profundo, y se sintió caer. Inmóvil, hundía y hundía su cuerpo en el aire, hasta que el aire dejó de existir y sintió flotar su cuerpo entero.

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