Envuelto en la noche, su corazón regresaba lentamente allí donde
el silencio era la regla y la palabra la excepción. Venía de muy lejos, de una
geografía desusada y solitaria sólo poblada de sueños, de ahí que se demorara
en volver. Cuando llegó, lo primero que notó es que en aquella habitación le
costaba respirar. Además, mal acostumbrado como estuvo a tener y a poseer, es
decir, a disfrutar de aquello que tenía, también notó en el aire una cierta
falta de sabor. Pero volvió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario