domingo, 1 de febrero de 2015

LLORA PARA MÍ


Sueño, y en el sueño alguien llora por mí. No por mi causa, sino para mí. Se trata de una ofrenda que llega desde el fondo de un valle anegado por el tiempo. Luce mediana edad, una mirada melancólica, y aparece sentada sobre una piedra. Sus ojos, su rostro todo, está repleto de rincones anodinos donde se adhiere el barro. Vino de lejos, como el aguacero, y llora para mí -no por mí- empapando mi alma de dulzura.

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