El mundo amaneció oscuro y en esa misma mañana, en el corazón de cada
jardín, se sacrificaron según estimaciones oficiales no menos de mil besos por
metro cuadrado; algunas esperanzas, muchas, fueron arrancadas de cuajo, y de
los amores sólo quedaron despojos y un reguero de lágrimas enfermas. El fin del
mundo llegó en forma de abandono y desamor, y sólo sobrevivieron las
cucarachas.
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