martes, 27 de mayo de 2014

MORRIÑA


Marino de tierra adentro, su corazón se entristecía lejos del mar. En su caso, la tristeza adoptaba forma de una morriña un tanto peculiar que, a modo de neblina oscura y elegante, se adueñaba durante días de su ser. Pero no todo era nostalgia. Sus ojos tenían la capacidad de expresar toda la fuerza de lo oculto y, quizás por eso, aquel día supo disfrutar de la perfecta quietud que precede al estremecimiento.

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